El supervisor del condado de Contra Costa, John Gioia, es conocido por su dedicación a la lucha por la resistencia medioambiental y comunitaria en su distrito.
Gioia se inspira en la larga historia de Contra Costa y en su continua dedicación al activismo y a la construcción de una comunidad justa, especialmente en torno a los problemas de justicia social con los que la comunidad sigue lidiando. Desde la calidad del agua, los servicios sanitarios y el transporte hasta el sistema de justicia penal, cuyo impacto se siente de forma aguda en Richmond Norte, el trabajo de Gioia abarca cuestiones sociales y medioambientales que se entrecruzan.
“Me llenan de energía los activistas y líderes de mi comunidad”, afirma Gioia. “Me encanta resolver los retos de forma que creen más salud y equidad”.
La conexión de Gioia con Richmond Norte es profundamente personal, ya que nació y creció en la ciudad, que tiene ricas raíces culturales en la comunidad negra y latina.
“He cultivado relaciones aquí a lo largo de treinta años, y aprecio la creencia de la comunidad en el papel positivo que la gobernanza local puede desempeñar en la mejora de nuestra ciudad”, afirma Gioia.
Como miembro de la Comisión para la Conservación y el Desarrollo de la Bahía (BCDC) desde 1999, Gioia ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo de políticas para hacer frente a la subida del nivel del mar en la región.
Como principal organismo regional que se ocupa de la subida del nivel del mar en el Área de la Bahía, la BCDC, con gente como Gioia, está ayudando a impulsar políticas para proteger las costas de la subida del nivel del mar, al tiempo que promueve proyectos comunitarios para devolver la salud a las cuencas hidrográficas de la región.
Gioia cree que el gobierno local desempeña un papel crucial en esta labor al traducir las voces de la comunidad en planes viables. “Con nuestra preocupación por la equidad, el norte de Richmond está bien posicionado para beneficiarse de proyectos de resiliencia que ofrezcan múltiples ventajas de administración comunitaria y resistencia climática”, afirma.
Sin embargo, persisten los retos de financiar este tipo de proyectos en la costosa zona de la bahía. Gioia reconoce la importancia vital de seguir educando e implicando a la comunidad -y a los funcionarios locales- en la adopción de medidas hacia la resiliencia climática. Según él, comunidades como la de North Richmond necesitan actuar ya.
“No se trata de problemas ‘futuros'”, afirma. “Estamos viendo ahora los impactos de la subida del nivel del mar, las inundaciones y las tormentas. Tenemos que crear una sensación de urgencia. El precio de no actuar es mayor que el de actuar”.
De cara al futuro, Gioia imagina un North Richmond próspero y resistente dentro de 100 años, con un litoral vibrante y accesible que sea disfrutado por la gran comunidad de East Bay y senderos mejorados que beneficien a las personas a la vez que frenan los impactos del cambio climático.