Princess Robinson se describe a sí misma como una chica de ciudad que solía evitar meterse en la tierra. Entonces, en 2015, la contrataron en Urban Tilth, una red de granjas urbanas y programas educativos con sede en el norte de Richmond dedicada a construir un sistema alimentario local más sostenible, sano y justo. Aquí, ella dirigió la primera cohorte de residentes para ayudar a restaurar Wildcat Creek.
Como Directora de Participación Comunitaria de Urban Tilth, Princess dirigió un programa que contrata, forma y emplea a residentes para mejorar los ecosistemas de las cuencas hidrográficas y crear al mismo tiempo espacios sanos y seguros para el ocio al aire libre.
“El trabajo de limpiar el arroyo y sustituir las plantas invasoras me enseñó a apreciar la naturaleza”, dice Princess. A pesar de haber crecido en Richmond, desconocía la cuenca hidrográfica local. El punto de inflexión llegó mientras trabajaba en varios senderos de arroyos muy bien mantenidos por toda la zona de la bahía. Cuando regresó a su comunidad para trabajar en Wildcat Creek, en Richmond Norte (la única zona natural de la ciudad), se dio cuenta de que el sendero dejaba mucho que desear.
Ahora, su impulso para restaurar el arroyo y proteger la orilla tiene sus raíces en su trabajo en Urban Tilth y en el legado del activismo comunitario en North Richmond.
Princess disfruta de su trabajo como guardiana del medio ambiente y es también una organizadora comunitaria.
Su devoción por mantener sanas las cuencas hidrográficas de Richmond está impulsada por su aprecio por la naturaleza. “Estando fuera y mirando a mi alrededor, no me gusta ver basura”, dice. “Me molesta incluso cuando mis hijos tiran basura. Sabiendo que otra generación viene después de mí, pueden aprender a cuidar de nuestra Madre Tierra”.
Princess considera especial la historia de activismo de North Richmond. “Quiero mantener el legado de comunidad, resistencia, Poder Negro y toma de decisiones. No soy la primera persona que recoge basura o planta un árbol, pero forma parte de mi ascendencia y de mi contribución al legado”.
Ella ve la costa como algo hermoso y en riesgo de sufrir los inminentes impactos climáticos de las inundaciones en los próximos 20 años. Su trabajo actual consiste en garantizar que la costa sea resistente al cambio climático, pero identifica dos obstáculos principales: 1) la falta de financiación para la aplicación, y 2) la necesidad de reestructurar la dinámica de poder para que los miembros de la comunidad puedan inspirar el cambio.
“Las voces de la comunidad son muy importantes porque van a vivir con los impactos y quieren acceder a este recurso”, dice Princess. “No basta con tener el dinero para invertir, [los funcionarios del gobierno] tienen que comprometerse con la comunidad para aprender y entender por lo que han pasado y lo que han conseguido”. Y añade: “El entorno y el poder de decisión de Richmond Norte son vulnerables, pero la gente no lo es”.
Hoy, Princess canaliza su pasión por la organización comunitaria en su nuevo papel en Cooperation Richmond, donde ayuda a abrir nuevos negocios cooperativos para las comunidades del este de la Bahía. Aunque este trabajo difiere de la gestión medioambiental, el impulso de Princess por la organización comunitaria está a la vanguardia de su defensa.
“El norte de Richmond tiene una rica historia de lucha por la equidad, y cualquier cosa que ocurra aquí, nos involucraremos”.